Qué es el ictus y cómo prevenirlo

28.06.2023

Tabla de contenidos 

  • 1 ¿Qué es un ictus y cómo prevenirlo?
  • 2 ¿Diferencias entre un ictus, una trombosis, una embolia y un derrame?
  • 3 Un cerebro muy demandante.
  • 4 Lo primero, prevenir.
  • 5 La prevención secundaria.
  • 6 La importancia de la rapidez.
  • 7 Las buenas noticias

Qué es un ictus y cómo prevenirlo

En latín, que como todos sabemos es el idioma del que procede el nuestro, "ictus" significa "golpe". Y es que, efectivamente, un ictus viene a ser un golpe, un inesperado impacto que interrumpe de repente el flujo sanguineo en una parte del cerebro. Puede ocurrir por dos cosas: la rotura de una vena o arteria, o el taponamiento de la misma. En el primer caso hablamos de una hemorragia y en el segudo de una isquemia. Pero el resultado, a la postre, es el mismo: las celulas dejan de recibir el oxígeno que la sangre transporta y mueren. Afortunadamente, hoy sabemos mucho más que hace unos años sobre esta enfermedad y, sobre todo, tenemos algunos consejos claros que ayudan a prevenirlo.

A continuación, te brindaremos algunos informaciones útiles que todos debieramos conocer, puesto que el ictus puede llegar a cualquiera de nosotros (o a nuestros familiares) sin avisar y en cualquier momento.

No es ninguna broma. Los ictus son, nada más y nada menos, la segunda causa de muerte en el mundo. Entre los adultos son, además, la principal causa de discapacidad.

Diferencia entre un ictus, una trombosis, una embolia y un derrame

Habrá que empezar por clarificar conceptos. Cuando hablamos de ictus nos referimos a un conjunto de enfermedades que causan déficits neurológicos bruscos por una alteración del riego sanguíneo de las estructuras del sistema nervioso.

Pero como ya adelantábamos arriba, esta alteración del riego sanguineo puede estar producida por varias cosas diferentes. Es ahí donde los términos también difieren:

  • La trombosis es la formación de un coágulo en el interior de un vaso sanguíneo; en ocasiones, el ictus puede ocurrir por la formación de un coágulo en una arteria o una vena cerebral.
  • La embolia se refiere a la oclusión de un vaso sanguíneo por un coágulo, pero que se ha formado en otro lugar; en el corazón o sobre una placa de arteriosclerosis de una arteria proximal.
  • El derrame se refiere a una hemorragia cerebral, en la que el principal problema es la rotura de un vaso sanguíneo que hace que la sangre salga del mismo y comprima las estructuras cerebrales de esa zona.

Un cerebro muy demandante

Todos sabemos que el cerebro es un órgano muy importante. Aunque Woody Allen decía que era un órgano sobrevalorado, sin duda aquello era más un chiste que una afirmación con vocación científica. Definitivamente, es un organo esencial y, aunque tan solo pesa el 2% de todo lo que somos, necesita un 20% de circulación sanguinea para funcionar. En otras palabras, diríamos que es un órgano que consume mucha energía. Muy demandante. De manera que, si en algún momento le faltan los nutrientes y el oxígeno para funcionar correctamente, entra en problemas que pueden ser muy serios. Y eso es lo que ocurre cuande se produce de repente un deficit en el riego de sangre que recibe.

Lo primero, prevenir

Ya se sabe que prevenir es mejor que curar. Así que pongamos atención a cuáles son las causas más comunes relacionadas con el ictus. En el caso de los ictus isquémicos, es decir, cuando se da un taponamiento de un vena o una artería, las causas más frecuentes son las placas de colesterol de las arterias que llevan la sangre al cerebro.

Por su parte, los ictus hemorrágicos, tienen mucho que ver con la hipertensión arterial. Es decir, que si tenemos la presión muy alta, una vena o arteria puede romperse provocando un sangrado.

También hay otras causas. Por ejemplo, las llamadas malformaciones vasculares cerebrales. Pero esas son más difíciles de detectar. Así que la mejor forma de prevenir un ictus es cuidando la presión arterial y el colesterol. Ambas cosas, como seguramente sabran quienen nos leen, están relacionadas con nuestros hábitos de vida y con la alimentación.

Una buena nutrición, baja en grasas y rica en fibra, y ejercicio físico diario son la mejor receta para mantener la salud en general y evitar un ictus en particular. A esto hay que sumar, por supuesto, alejarse del tabaco y de las drogas, y mantener un peso adecuado para nuestra complexión. Se calcula que el 80% de los ictus son prevenibles si se cuidan los factores de riesgo.

Si tienes cualquier duda al respecto, puedes informarte con nosotros. En Neurosula ofrecemos a nuestros suscriptores la posibilidad de hacer consultas sencillas via email de forma gratuita. Y, por supuesto, estamos a su disposición en el Hospital del Valle por si necesita una exploración en mayor profundidad.


La prevención secundaria

En general, el 30% de las personas que ha sufrido un ictus puede volver a sufrirlo. Es decir, es bastante habitual que el ictus se repita cuando ya se ha producido una vez. Es por eso que hablamos de prevención secundaria. Parece lógico. Si ya una vez se ha producido el problema en tu cuerpo y una arteria se ha taponado o se ha roto, las prevenciones con la hipertensión arterial y el colesterol tienen que se mucho más estrictas sin cabe.

Ahora bien, los pacientes que han tenido un ictus deben revisar su estado de salud neurológica más a menudo. En otras palabras, es importante que un neurólogo le de seguimiento al paciente. El es el especialista médico más adecuado para mantener controlados los factores de riesgo cerebrovascular y minimizar la posibilidad de un segundo episodio. En San Pedro Sula hay neurólogos con gran experiencia y conocimientos actualizados sobre el ictus.

La rapidez es fundamental

En pocas enfermedades como en el ictus la rapidez con que atendamos al paciente al médico es más importante. ¿Por qué? Dese cuenta de que el cerebro no está recibiendo sangre y las celulas se están muriendo. Cuanto más tardemos en actuar el daño será mayor. Así que, si usted o un familiar presenta alguno de estos síntomas, acuda cuanto antes a la emergencia de su hospital más cercano:

  • Pérdida de fuerza o de sensibilidad en la mitad del cuerpo. A veces, podemos notar desde fuera que la persona tiene cara caída o que sonríe de forma asimétrica. O puede ocurrir que no podemos de sostener un objeto.
  • Dificultad para hablar o para entender: quien está siendo afectado por un ictus hablará de forma ininteligible, inconexa o utilizando palabras que no encajen con el contexto.
  • Sensación de vértigo o desequilibrio.
  • Dolor de cabeza muy intenso: de inicio brusco y distinto del habitual.
  • Pérdida total o parcial de la visión, o visión borrosa.
  • Hormigueo de la cara, brazo, pierna o un lado del cuerpo.

Las buenas noticias

Es verdad que el ictus es una enfermedad que puede ser muy grave y que cada día nos afecta más, dado nuestro estilo de vida. Pero también hay buenas noticias. La primera es que se puede prevenir, tal y como deciamos más arriba. La segunda es que hoy en día hay tratamientos muy exitosos para recuperarse. No en todos los casos el paciente puede recuperar todas sus funciones. Depende de cuál haya sido el daño producido. Pero los medicos rehabilitadores en Honduras tienen hoy muchas herramientas terapeúticas para que la persona que sufre un ictus pueda seguir con su vida de la manera más normal posible.

En definitiva, aprendamos a vivir de forma más saludable e informémonos bien para que en caso de que el ictus llegue a nuestra vida no nos encuentre desprevenidos.